Scythe

Un Juego que lo tiene todo

Diseñado por Jamey Stegmaier, ilustrado por Jakub Rozalski, de 1 a 5 jugadores. Publicado por Stonemaier Games, edición en español por Maldito Games.

En primera instancia quiero eliminar suspicacias. Scythe, en mi humilde opinión, es un juego redondo. Conecta de forma magistral todos los elementos que me atraen de este medio: 

-Crea un mundo e historia propios de los cuales queremos formar parte. 

-Tiene una potente presencia sumamente atractiva, táctil y funcional.

– Mecánicamente habilita a llevar adelante estrategias astutas, tácticas arriesgadas e interacción entre jugadores sin perder de vista la narración global.

Arte de Jakob Rozalski

El Mundo de Rozalski

No podemos negar que Scythe entra por los ojos. En el momento en que uno aprecia la portada, esté o no metido en esto de los juegos de mesa, se ve atraído como polilla a la luz. El arte de este juego, que es el disparador inicial de todo esto, fue llevado a cabo por el artista polaco Jakub Rozalski en una serie de pinturas digitales que mostraban escenas costumbristas de su campiña natal en 1920 pero con la incorporación de elementos dieselpunk, cristalizado en gigantescos “mechs” que surcan el paisaje. Maquinarias con patas de cangrejo y armamento pesado, otras llevando pesados troncos en pinzas gigantes e incluso barcos voladores pasan ante la mirada de inmutables granjeros y vacas pastando. Una sola de estas imágenes es capaz de contarnos una gran cantidad de historias. La dura vida del campo, la amenaza de la guerra como una tormenta en el horizonte, que no sabés si se va o está llegando, y la promesa de una tecnología fantástica y ajena que puede ser salvación y destrucción en igual medida. Además de estas postales hay montones de retratos con personajes que pueblan este universo con historias propias. Exploradores, conquistadores y caudillos se cruzan en estos parajes con distintas motivaciones y banderas, acompañados de animales salvajes.  No sé ustedes, pero yo ya estoy listo para ver una serie, leer un libro o tal vez jugar un juego que me meta de lleno en este mundo. 

El Factor Juguete

Una vez pasada la impresión inicial hay que abrir la caja y ver qué hay dentro. La producción es despampanante y todo está bien cuidado. El eterno debate interno en el mundo de los juegos de mesa, madera o plástico, es saldado aquí elegantemente en un acuerdo de caballeros, dejando que ambos den lo mejor de sí. Mientras los juegos apacibles de recolección de recursos y administración en general hacen uso de la madera como material de sus piezas, las miniaturas de plástico pululan en los juegos con fuerte dosis de interacción, potentes temáticas y combate. Al ser un juego que tiene un poco de todo, esta materialización no solo se siente bien, sino que ayuda a organizar mejor la experiencia del jugador. Las miniaturas de los mechs y personajes se roban el show claramente, pero debo declarar que soy fan absoluto de sus piezas de madera representando trabajadores y estructuras con cierta solemnidad.  Cabe destacar también el gran y hermoso tablero completamente ilustrado que representa el terreno donde se llevará a cabo la acción. De todas formas, el elemento  que en mi opinión se lleva las palmas son los tableros que los jugadores van a usar para mantener control de sus acciones. Estas pequeñas maravillas que son de cartón doble con huecos para colocar los componentes no solo elevan el aspecto estético, sino que ayudan mucho a la visualización y jugabilidad. Llámenme superficial si quieren, pero en un juego de mesa la presentación importa. Estamos hablando de juguetes, es cierto, pero eso no quiere decir que no se puedan hacer con cuidado, diseño y funcionalidad. Los adultos también tenemos derecho a divertirnos y algunos somos exigentes. 

Tierra de oportunidades

    A todo esto, si el contenido intelectual de fondo no funciona, el juego se hunde como el Titanic. Por suerte no es el caso. Empecemos por desterrar ciertos prejuicios en los que se puede caer al ver el arte y componentes. No es un juego de acción y combate. Los que esperan el War con muñecos más elaborados se van a decepcionar. Ni siquiera tiene dados. Cada jugador representa al heraldo de una nación que busca el dominio de las tierras de Europa del Este que quedaron a la deriva tras la Gran Guerra. En el centro de este territorio se encuentra la misteriosa Fábrica, de donde surgieron las nuevas tecnologías que cambiaron el rumbo de la historia, ahora cerrada y dejada a su suerte. Para lograrlo deberá tener un desarrollo tecnológico, territorial, militar  y/o  económico con el que sustentarlo. No solo eso, sino que el nivel de popularidad entre los locales con el que cerremos el juego será clave para capitalizar la victoria. Hay muchas maneras de recorrer este camino y se pueden explorar diferentes estrategias para alcanzar el triunfo. El fin del juego será desencadenado por los jugadores en una carrera. Existen diez logros diferentes a los que aspirar. Cuando un jugador llega a tener seis de esos logros el juego termina inmediatamente y ahí es cuando se resuelve el ganador. Hay que tener un ojo permanente en lo que los competidores están haciendo y esto es clave para aumentar la tensión e interacción en el juego.

Vista del juego en proceso
Vista de el juego en proceso

Punto de partida

        No les voy a decir que es un juego sencillo, pero sí remarcar que la temática, diseño y producción convergen para lograr que sea ágil. Cada participante tiene dos pequeños tableros propios. Uno determina tu facción, que tiene un personaje y cuatro mechs con habilidades que darán personalidad y ayudan a enfocar tu juego. El otro es el que guía las acciones durante la partida y mantiene el control de tu progreso. Este último está subdividido en cuatro secciones. Cada sección contiene una parte de arriba y una de abajo que son acciones encadenadas que se pueden llevar a cabo en general con un costo de dinero, recursos, poder militar e incluso popularidad. Durante su turno, cada jugador debe elegir una de estas cuatro secciones y llevar a cabo una o ambas acciones de esa sección para luego dar paso al siguiente jugador que repetirá este proceso. El reglamento prohíbe que una misma sección pueda elegirse dos veces seguidas por un jugador, por lo que realmente, por turno, un jugador tiene tres opciones. Gracias a esto se mantiene un muy buen ritmo y velocidad para un juego con tal complejidad, ya que esta dinámica se mantiene sin interrupciones hasta el desenlace. No voy a entrar en detalles sobre todas las acciones ya que esto no pretende ser una guía para aprender a jugar, pero sí voy a hablar conceptualmente de las decisiones que tendremos que tomar en torno a ellas.

Acción e interacción

El corazón del juego radica en lograr una gran eficiencia, minimizando la cantidad de turnos que necesitaremos para obtener el mayor beneficio.  Las acciones de la parte superior nos permitirán desplazarnos por el territorio, conseguir recursos de distintos tipos y también aumentar nuestro poder militar. Las acciones de abajo son las más importantes y costosas en recursos, ya que son las que nos permitirán alcanzar algunos de los logros necesarios para cerrar el juego y obtener puntos en el proceso. Estas nos van a permitir construir edificios, alistar fuerzas, mejorar nuestra tecnología y desplegar nuestros poderosos mechs. Las mejoras en la tecnología nos habilitan a poder hacer las acciones superiores con mayores beneficios y minimizar el coste de las acciones de abajo. Alistar también hace más productivas las acciones posteriores ya que nos da recursos adicionales no solo en nuestro turno, sino también en turnos de oponentes. Los edificios, además de ayudarnos a tener control sobre el territorio, tienen otras utilidades. Uno de ellos nos conecta con un sistema de túneles que nos permite desplazarnos más rápidamente por el inmenso mapa y otro amplía  nuestra capacidad de producción de recursos. Por último tenemos los mechs. Estas poderosas máquinas no solo ofician de unidades de combate, sino también como medio de transporte para nuestros trabajadores y materias primas. Resumiendo, con nuestras acciones vamos a movernos para posicionar trabajadores en ciertos lugares, producir materias primas e incrementar nuestro poder militar con el objetivo de controlar el territorio, mejorar nuestra tecnología y alcanzar los preciados logros. El tema es que no estaremos solos. 

Trabajadores, recursos, meches y edificios en el tablero

Confrontación en el horizonte

    Un aspecto super interesante es cómo se manejan las confrontaciones con los otros jugadores. Como les comenté antes Scythe no es un juego bélico, pero a medida que un jugador se hace poderoso militarmente la amenaza se hace cada vez más tangible. La batalla se dispara cuando dos unidades de combates de distintos jugadores. ya sean los mech o el personaje, se encuentran en un mismo punto del territorio. En ese momento se hace una puja de fuerza por parte de ambos contendientes en una suerte de subasta a ojos cerrados. La cantidad de poder de cada jugador es un dato visible en el tablero general que tiene un track numérico que lleva la cuenta. El tema es que cuanto vamos a gastar de ese poder es un misterio para el otro jugador. Además  se pueden agregar cartas que dan un plus que puede variar el número final. Sabemos si el otro jugador tiene cartas, pero no el valor. Un combate puede implicar un gasto importante del poderío militar, cosa que nos puede debilitar enormemente para confrontaciones posteriores dejándonos a merced de un astuto oportunista o lejos de cumplir algún logro u objetivo. ¿Qué hacemos entonces? ¿Gastamos todo lo que tenemos para ganar sin importar lo que venga después, o un retiro estratégico será la mejor opción? ¿Esa carta que tiene el oponente en la mano, será un 5 o un 2? ¡Cuánta tensión! Esto genera una dinámica digna de la guerra fría, donde la sombra de la guerra es tan oscura que se puede palpar, pero nadie se anima a apretar el gatillo. El combate es determinista. No requiere dados lo que elimina el azar y esto solo refuerza las toma de decisiones tácticas que nos permiten calcular las posibilidades. Como habrán notado esta parte me encanta.

Tableros y cartas de combate

Progresión    

 El juego comienza muy abierto en ciertos aspectos y muy cerrado en otros. Cada facción comienza en una porción del mapa bastante acotada que está cercada por un río que nos corta el paso. No será hasta que construyamos el edificio que nos comunique con la red de túneles, o hasta que despleguemos un mech en particular que nos permita cruzar el río, que podremos poner pie en el vasto territorio. A pesar de lo acotado en el despliegue inicial, las posibilidades son muchas. ¿Abastecernos de recursos, conseguir más trabajadores o aumentar popularidad? ¿Apuntar a bajar un mech, construir un edificio o hacer mejoras primero? El juego no te lleva de la mano y las primeras partidas pueden sentirse un poco vagas en su comienzo. Las habilidades especiales de nuestra facción y mechas, así como las cartas de objetivo que nos darán un logro si alcanzamos sus requisitos pueden guiarnos  en este punto. El movimiento será lento y a priori parece que el juego puede llegar a durar demasiado, dado lo lejos que estamos de poder alcanzar las metas, pero hay una progresión brutal. Una vez que logramos mejorar por algún medio, ya sea mechs, edificios, tecnología etc., el juego comienza a avanzar rápidamente, y un jugador hábil podría llegar a completar dos o tal vez tres logros con una buena jugada y terminar la partida antes de que te des cuenta. Si bien los primeros partidos entre jugadores noveles se pueden extender porque dependerá de ellos desencadenar el final, con un poco de experiencia, una partida de 5 jugadores, que es el máximo, puede redondearse en poco más de dos horas. En mi opinión, un tiempo más que razonable para un juego con esta épica que nunca cae en la frialdad plena de la mecánica y nos permite engancharnos con su historia en todo momento.

Cartas de objetivo

Algo que acotar

Algunos apuntes adicionales pueden ser convenientes. Tengan en cuenta que el juego cambia dependiendo de la cantidad de jugadores que haya. Mientras una partida con el máximo de jugadores se puede hacer intensa por la disputa de territorio, un juego de a dos jugadores será mucho más relajado y menos confrontativo. Cada cual tendrá su espacio para crecer y podría no haber combates en todo el partido. Para algunos, esto puede ser  un detrimento, pero no para mí. Simplemente ser consciente de que la experiencia será diferente alcanza para ajustar expectativas y disfrutar el juego con cualquier número de jugadores. No hay tantos textos, pero recomiendo que si van a jugar con gente que no domina el inglés consigan una copia en español. Además de los objetivos, hay cartas de  encuentros, que agregan pequeñas anécdotas a las vivencias del paso de nuestro caudillo por estos parajes. Además, en las primeras partidas, conviene tener material de referencia cerca para poder consultar dudas que seguro van a surgir. Otro dato no menor que agregar es que el juego cuenta con un modo solitario del que mucha gente habla maravillas. No es mi caso. Solo lo probé en una ocasión y me resultó bastante engorroso. Tal vez con más experiencia pueda valer la pena pero, en ese punto, los dejo a su suerte. Por otro lado, hay una excelente versión digital del juego para la plataforma Steam, y no muy cara, que sin duda vale la pena en estos tiempos de pandemia y virtualidad. Ya más bien como dato de color, hay un videojuego de reciente salida al mercado llamado Iron Harvest, que si bien no es Scythe, es un juego de estrategia en tiempo real ubicado en el mismo mundo. 

Cartas de encuentro

¿Lo compro o no?

    Si vale la pena o no comprarlo es un tema delicado. Scythe no es un juego barato y no es para cualquiera. Para los que estamos en esto de los juegos de mesa sabemos que el calificativo de híbrido le calza como anillo al dedo. Si bien tiene un acento fuerte en su parte de gestión de recursos y desarrollo, a muchos fans del género les puede caer mal el aspecto tenso que incorpora el combate y la confrontación directa e indirecta. Por el contrario, los fans de los juegos de guerra y que prefieren que la temática sea lo primordial lo pueden encontrar lento y falto de interés. Es esta amalgama sin embargo la que da una combinación de sabores familiares en un plato que termina siendo único con una presentación de lujo. No solo hay montones de cosas para probar, con sus múltiples combinaciones de tableros de jugador y caminos a la victoria, sino que hay expansiones que, si uno quiere meterse de lleno, pueden ir incorporando poco a poco para más contenido, facciones nuevas y mecánicas de juego.  Yo estoy justo en el nicho indicado y por eso para mí  Scythe es una de las piezas clave de mi colección y espero estar jugándolo durante muchos años.

Publicado por Ludocracia

Club y espacio cultural dedicado a la difusión de un gran hobby para estos tiempos que corren: El juego de mesa

8 comentarios sobre “Scythe

  1. Definitivamente es un juego que llama la atención. Creo que no he visto ninguna reseña negativa. No he tenido el gusto de jugarlo pero espero tener la oportunidad algun día. La versión digital, la han probado? vale la pena?

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  2. La edición digital es una buena manera de probar el juego a ver si te gusta. Ademas de que el tutorial te enseña a jugar paso a paso. No es lo mismo que la experiencia con varios jugadores en la mesa, pero sin duda vale la pena! Gracias por leer y comentar

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