Niya

Gustos Orientales

Diseñado por Bruno Cathala e ilustrado por Cyril Bouquet, para 2 jugadores. Publicado por Blue Orange Games

  Puedo asegurar que la atracción será instantánea ni bien coloque la lata que contiene esta delicia sobre la mesa. ¿Se preguntan qué tiene adentro? Pués se sorprenderán. La recomendación en esta ocasión es Niya, un juego para dos jugadores diseñado por Bruno Cathala (nombre que van a ver seguido si continúan leyendo mis artículos) ilustrado por Cyril Bouquet y publicado por Blue Orange.

     Bajo la tapa nos encontramos con una presentación de lujo. Un inserto aterciopelado negro deja el espacio justo para guardar el contenido como si se tratara del estuche de un violín. Este se reduce a dieciséis piezas redondas de baquelita, divididas en dos sets de colores rojo y negro y dieciséis fichas de cartón grueso dibujadas de ambos lados. Si bien son pocos los componentes hay que decir que son bastante carismáticos. Las ilustraciones en las fichas recuerdan a un juego de barajas japonesas tradicionales llamado Hanafuda y a pesar de que no muchos deben conocerlas son fácilmente asociadas por su estilo al país Nipón. Esto también ayuda a darle un toque clásico y distinguido al juego y captará la atención de alguien que no está familiarizado con el hobby. La experiencia táctil de las piezas de baquelita en mano es un plus.

     Para comenzar barajamos las fichas de cartón y las colocamos al azar en una grilla de cuatro por cuatro. Por turnos los jugadores removerán de a una estas fichas colocando en su lugar una de las piezas de baquelita de su color. El objetivo es armar una línea de cuatro (sea en vertical, horizontal o diagonal) o un cuadrado de dos por dos. El primero en lograrlo será el ganador. Si esto les suena sospechosamente similar al clásico Ta-Te-Ti andan bien rumbeados. El giro interesante consiste en que no podremos sacar cualquier ficha de la grilla. Los dibujos en estas no son solamente decorativos sino que cada una tiene una combinación diferente de dos elementos entre ocho posibles: Pájaros, ramas de cerezo, hojas de pino, hojas de arce, nubes de lluvia, un sol, cintas rojas, y flor de Lirio. La primera en ser retirada será cualquiera del perímetro, pero después se podrá sacar solamente una que contenga uno de los dos elementos de la ficha anterior. Por ejemplo, si la primera ficha que saco del borde exterior tiene un sol y una rama de cerezo asomando, mi oponente podrá colocar su pieza en cualquier lugar donde haya uno de estos dos componentes. Cada vez que juguemos tendremos que evaluar las posibilidades que le damos a nuestro oponente. Si bien una partida no dura más de diez minutos es recomendable sorber unos mates tranquilo mientras se piensa la jugada. Hay que poder proyectarse un par de turnos hacia adelante para evitar regalar el movimiento ganador o incluso evitar quedar sin posibilidad de movimiento, cosa que también nos puede hacer perder automáticamente. En esto podemos encontrar similitudes con el ajedrez, otro ingrediente conocido y aquí súper condensado.

     El gran atractivo de este juego es que tiene el potencial para caer simpático a todo el mundo. Sumamente sencillo de entender, rápido de jugar y una presentación atractiva y compacta. Muchas veces es difícil introducir a gente nueva al mundo de los juegos de mesa porque son apabullantes en imagen y concepto. Sin duda acompañar un desayuno con Niya  es un buen punto de partida. 

Publicado por Ludocracia

Club y espacio cultural dedicado a la difusión de un gran hobby para estos tiempos que corren: El juego de mesa

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