Ishtar

Diseñado por Bruno Cathala, Evan Singh e ilustrado por Biboun. De dos a cuatro jugadores. Publicado por Iello, editado en español por Devir.

 Un Oasis oculto

Cada vez que sale un juego de mí diseñador favorito es un acontecimiento muy esperado, en especial cuando viene con estos niveles de producción y promete un juego de más peso estratégico que la mayoría de los que acostumbra sacar este autor. Pero cuando salió Ishtar, algo no hizo click en mí. Leí las reglas que encontré en Internet, vi varios videos que mostraban cómo jugar, leí algunas reseñas y si bien no había nada de malo tampoco había nada particularmente atractivo a primera vista. El juego quedó relegado en mi “Wishlist” a un puesto secundario. Un tiempo después, cuando llegó a tiendas locales en español de la mano de Devir, decidí comprarlo aunque no con particular entusiasmo. Les cuento con que me encontré. 

Cruzando el desierto

La portada es árida a primera vista. Si bien no creo que sea de las más lindas tiene cierta elegancia y atractivo. Tras una breve introducción, que implica a la diosa de la fertilidad homónima y una historia mística relacionada de alguna forma que desconozco con los jardines colgantes de babilonia, la historia va a quedar de lado rápidamente para dar paso a un típico juego abstracto del Sr. Bruno Cathala, secundado en ésta ocasión por el novel y misterioso Evan Singh (no encontré nada de información en Internet). Las hermosas ilustraciones y la magnífica producción consiguen mediante un esfuerzo titánico inyectar una temática, que si bien es superflua, acompaña la idea principal del juego que está en el crecimiento y la expansión. 

Pronto para comenzar un partido a dos jugadores con el tablero armado aleatotiamente

Preparando el campo de juego

En primera instancia tendremos que armar el tablero. Hay seis losetas enormes de doble cara. Con cuatro, cinco o todas ellas, dependiendo del número de jugadores, vamos a componer de forma aleatoria el tablero de juego. Se despliega ante nosotros un desierto que además de sus arenas cálidas, tiene casillas con gemas en tres colores diferentes, unas tablillas sagradas que son sitios intocables y además una fuente por loseta. Estas pueden ser también en tres colores distintos y se seleccionan nuevamente de forma aleatoria. Como verán, al igual que un desierto, estamos ante un tablero que cambia juego a juego. Allí, a partir de las fuentes esculpidas en plástico, el verde se abrirá camino. Cada jugador ahora toma un tablero de un color con las habilidades que iremos desbloqueando en la partida, dos ayudantes, una gema violeta que será su capital inicial y está listo para comenzar. El juego consiste en ir colocando unas losetas peuqeñas compuestas por césped y flores. Estas se adquieren de un tablero central y con ellas, y entre todos los jugadores, cambiaremos el desierto en un frondoso jardín. Tengan en cuenta que si bien todos trabajan en un espacio común, no estamos ante un juego cooperativo. Más bien todo lo contrario. En Ishtar el objetivo es obtener más puntos que los rivales al final y no siempre será una competencia amistosa.

La labor del jardinero

En cada turno, un jugador debe seguir cinco pasos bastantes sencillos. En primer instancia debe tomar una loseta de vegetación. Estas tienen diversas formas y pueden contener césped y flores. Están colocadas en ronda en un tablero aparte cuyo orden debemos respetar a la hora de la selección.

Para seleccionar la loseta se debe respetar la ronda siguiendo el sentido horario

Como segunda acción debe colocar la loseta de vegetación adquirida sobre el desértico tablero siguiendo ciertas condiciones. Para empezar, tiene que estar en contacto con una de las fuentes o una de las losetas previamente colocadas. Una loseta, o un conjunto de ellas conectadas, conforman un jardín. De una misma fuente pueden emanar varios jardines, pero una regla muy importante es que un jardín jamás puede conectar dos fuentes distintas. Dentro de un jardín, todas las casillas de flores de las losetas que están conectadas conforman lo que se llama un macizo. Los ayudantes que tenemos pueden ser desplegados en estos macizos para controlarlos y solo puede haber un ayudante por macizo. Este hecho es muy importante por varias razones. Al final del juego obtendremos puntos por los macizos que controlamos igual al número de flores en dicho macizo. No solo eso, sino que también ganaremos puntos por el control de una fuente si controlamos el macizo más grande en contacto con ella. Las fuentes varían en puntos dependiendo de su color.

Las fuentes vienen en tres colores y cada color vale un puntaje al final del juego si logramos tener el control

Como tercer paso vamos a recoger las gemas que haya en las casillas que se van a cubrir con la loseta. Estas gemas no dan puntos a priori, pero son la moneda del juego. Con ellas vamos a poder hacer muchas cosas (como veremosmás adelante) pero como un ejemplo no menor, por cada gema que gastemos en la fase de seleccionar losetas podremos saltear la próxima de la ronda para tomar una mas ventajosa. Esa flexibilidad es costosa, pero puede ser clave. Ahora, en cuarto lugar, si la loseta que acabamos de colocar tiene un símbolo dibujado en ella podremos realizar su acción especial. Si el ícono representa a un ayudante, podremos colocar uno en dicha loseta. Esto nos garantizará el control del macizo y muchos puntos potenciales como describí antes. Si está presente el ícono de habilidad, representado con una estrella, podremos desbloquear una de las habilidades de nuestro tablero personal. Estas están divididas en cinco columnas con dos partes cada una. Esto  nos da, en primera instancia, cinco opciones ya que no podremos acceder a la superior sin haber desbloqueado la inferior. Para usar estas habilidades debemos pagar dos de nuestras gemas sin importar su color. No voy a entrar en detalles de cada una, pero nos permitirán conseguir un par de ayudantes más, piezas especiales de jardín y sobre todo, nuevas formas de conseguir puntos al final del juego cumpliendo ciertos criterios.

Los tableros personales sirven como guia de las habilidades especiales. Para desbloquear una de arriba primero debemos activar la correspondiente de abajo

Como última acción posible podremos plantar un árbol. Hay siempre cinco cartas disponibles de las cuales elegir y su costo en gemas varía proporcionalmente al número de puntos que nos dan. Además de esto debemos colocar la pieza que lo representa en una casilla de pasto ek el tablero. Esto puede impactar en puntos adicionales al final, si desbloquemos la habilidad correcta, o para evitar la expansión de un macizo rival.

Los ´árboles son las fuentes de puntos mas directas, pero no por eso imprescindibles

El final del juegos se da cuando se agotan un par pilas de losetas de vegetación del tablero, y al completar esa ronda es hora de contar los puntos y ver quién ganó. Parece que hay muchos términos, pasos a seguir y particularidades a tener en cuenta, pero les aseguro que al jugar un par de turnos todo queda claro y el juego se mueve ágilmente.

¿Lo compro o no?

El juego funciona muy bien de dos a cuatro jugadores escalando en el tamaño del tablero y la cantidad de losetas de vegetación proporcionalmente. En un extremo, a dos jugadores, el juego se vuelve más estratégico porque hay un mayor control de lo que sucede en el tablero, por otro lado, a cuatro, se vuelve más aguerrida la batalla por el control de las secciones que puntúan. Va en gustos del consumidor que rango del espectro prefiere, pero sin duda es equilibrado e intenso en toda ocasión. El azar acá casi no corre y si bien esto puede ser un punto a favor tengan en cuenta que puede llevar a turnos donde hay mucho que evaluar, ralentizando el juego. El aspecto más importante tiene que ver con la organización espacial. Una jugada astuta puede cortar el crecimiento de otro jugador. Sí no sos de las perosnas que disfrutan un puzzle espacial Ishtar puede ser un dolor de cabeza. Dada la temática de jardines y lo abstracto del juego uno podría esperar además un juego pacífico, pero no es el caso. Las restricciones son grandes, los recursos escasos y la batalla por el dominio de los sectores más fructíferos será fiera, se los puedo asegurar. Otro aspecto a resaltar es lo vertiginoso de su cierre. El partido termina uno o dos turnos antes de lo que uno quisiera, pero esto es algo positivo en mi opinión. Al finalizar, uno queda con ganas de probar algo más. Es imposible atender todos los aspectos del juego al mismo tiempo. Nos vamos a encontrar mirando de reojo al rival pensando en que hizo más puntos que nosotros porque plantó muchos árboles o armó un macizo excelente, pero al final puede que el puntaje sea muy justo porque controlamos más fuentes o desbloqueamos más habilidades. Dada la cantidad de caminos que hay a la victoria y las variaciones que hay a la hora de armar el juego en el comienzo les diré que nunca habrá dos partidos iguales, lo que le otorga una gran rejugabilidad. 

Lo que encontré entonces es una hermosa producción, un juego abstracto pero lleno de interacción e intensidad y muchas posibilidades para explorar. No se por que todo esto no aparece a primera vista, pero les aseguro que a pesar de los prejuicios que tenía resultó uno de mis favoritos de este autor, y si me conocen un poco se darán cuenta que no es poca cosa.  Creo que si no sos uno de esos jugadores que pone el aspecto temático sobre todo lo demás o esos que solo están buscando una experiencia casual para pasar el rato, Ishtar no puede fallar y es un gran agregado a una colección. Un juego que ofrece mucho con poco. 

Publicado por Ludocracia

Club y espacio cultural dedicado a la difusión de un gran hobby para estos tiempos que corren: El juego de mesa

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